Relación entre los niveles de HUFA y antioxidantes en leche materna de cuatro zonas geoeconómicas expuestas a distintos niveles de contaminación química.
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Fecha
2017Autor
Casanova Valero, Alessandra
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Los ácidos grasos altamente insaturados (HUFA, por sus siglas en inglés) de la leche humana promueven una óptima función cognitiva y agudeza visual en los infantes, beneficios atribuidos principalmente al ácido araquidónico (20:4n-6, ARA) y al ácido docosahexaenoico (22:6n-3, DHA), cuyas concentraciones en leche dependen de la genética de la madre, su alimentación y su ambiente. Los HUFA pueden ser incrementados en leche al consumir pescados y mariscos, pero son particularmente susceptibles a oxidarse en presencia de metales pesados y plaguicidas organoclorados que provienen de la ingestión de agua y alimentos contaminados. La exposición a zonas contaminadas puede incrementar los niveles de estos contaminantes en la leche, ya que también ingresan por vía respiratoria y dérmica. Estos agentes tóxicos se bioacumulan en el organismo materno para luego ser transferidos al neonato a través de la lactancia, afectando directamente la salud del binomio madre-infante, además de provocar daños oxidativos en los HUFA de la leche comprometiendo la calidad de este alimento. En la presente tesis, se recolectaron 86 muestras de leche de mujeres con 5 a 10 días posparto residentes del Estado de B.C.S., clasificadas en cuatro grupos según la localidad materna: zona urbana (n = 34), agrícola (n = 23), ribereña (n = 21) y minera (n = 8). Al aplicar un cuestionario, 51 % de la población refirió consumir pescados y mariscos más de dos veces por semana, reflejándose en niveles significativamente más altos de DHA en triglicéridos de leche (2.9 0.07 %) respecto a las madres que no consumen o consumen menos de 2 veces al mes (0.8 0.03 %). La leche de madres de la zona ribereña presentó niveles más altos de n-3 en triglicéridos (3.5 0.1 %) en comparación con la zona minera (2.8 0.2 %), cuyo consumo de productos marinos fue el más alto de las cuatro zonas muestreadas, indicando que los niveles de n-3 podrían disminuir por factores ajenos a la dieta, tal como una oxidación acelerada. La leche de la zona urbana registró niveles elevados de aldrina y endrina (12.2 0.8 g Kg-1 de lípidos y 1.2 0.2) respecto a la zona agrícola (7.1 1.0 g Kg-1 de lípidos y 0.5 0.1). La actividad enzimática antioxidante de GPx fue correlacionada con los niveles de -HCH (R2 = 0.48) y -clordano (R2 = 0.42) en leche, este último correlacionado a los indicadores de daño oxidativo a lípidos (R2 = 0.39). Los niveles de cadmio en leche fueron correlacionados con la actividad enzimática antioxidante de CAT (R2 = 0.37). Los resultados obtenidos permitirán identificar tendencias de contaminación ambiental y nutrición para la planeación de políticas de salud pública y la reducción de riesgos en grupos poblacionales vulnerables.