Protocolos innovadores de criterios de calidad larvaria de ostión japonés que permitan incrementar el rendimiento en cultivo y mejorar los sistemas de producción de semilla
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Fecha
2016Autor
Pacheco Carlón, Nairoby
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Mostrar el registro completo del ítemResumen
Actualmente, el punto más crítico para la expansión de la actividad ostrícola en México representa la producción de semilla y su calidad. La calidad larvaria se refiere a la condición fisiológica y a la capacidad de la larva para crecer y sobrevivir bajo varias condiciones ambientales durante su ciclo de vida. En la producción de semilla en criaderos de bivalvos, una de las etapas críticas del cultivo es el proceso de fijación como consecuencia de la metamorfosis al final del cultivo larvario y que su vez depende de un serie de características de las larvas pre-metamorficas como son la velocidad previa de crecimiento y las reservas acumuladas durante la fase larvaria. El objetivo del presente trabajo fue el de evaluar la influencia de la condición reproductiva sobre la calidad larvaria y de semilla y analizar en qué medida la condición de la larva pre-metamórfica influye sobre el éxito de metamorfosis.
Se obtuvieron desoves en mayo, junio y agosto que potencialmente corresponden al inicio, pleno y final del ciclo reproductivo, a partir de reproductores de cultivo en la Laguna de San Ignacio, Mulegé, BCS. Se realizó el cultivo larvario y la pre-engorda en la instalaciones de la empresa Marimex operando en el Parque Biohelis. La calidad larvaria fue evaluada en las condiciones de producción comercial de semilla por medio de criterios productivos, morfológicos y bioquímicos. En la etapa de pre-metamorfosis se separaron dos lotes de acuerdo a su velocidad de crecimiento (alto y bajo), cuyo seguimiento se dio hasta la etapa de post-fijación.
El índice de cobertura gonádica y el análisis histológico de las gónadas confirman el inició de la época reproductiva en el mes de mayo, que correspondió a la primera madurez en el año, en contraste con junio y agosto donde los reproductores estaban re-madurando o desovados. Mayo se caracterizó por una mayor longitud de larva D inicial (76.2 μm) y un mayor crecimiento (16.4 μm d-1); Junio por una larva D con longitud intermedia (73.6 μm) y un baja tasa de crecimiento (11.3 μm d-1); agosto por una menor longitud de larva D (69 μm) y un crecimiento intermedio (14.3 μm d-1), con diferencias significativas entre las tres épocas para las dos variables. Si bien no hubo diferencias claras en los componentes bioquímicos más importantes, se observaron correlaciones entre la velocidad de crecimiento y los niveles de lípidos totales en ovocitos (R2=0.47, P<0.05), así como con la proporción de varios ácidos grasos entre los cuales destaca el 20:5n-3 (EPA) en lípidos polares de ovocito (R2=0.75, P<0.01) o de larva D (R2=0.6, P<0.05). El porcentaje de metamorfosis, fue significativamente mayor en mayo (65%) comparado con junio (43.5%) y agosto (39%) pero no fue diferente entre lotes de alto y bajo crecimiento en cada época y la correlación entre metamorfosis y velocidad de crecimiento no alcanzó la significancia estadística (R2=0.38, P=0.08), por lo cual no se justifica del todo el descarte de larvas de bajo crecimiento. Ni el nivel de lípidos ni el de proteínas pudo explicar el menor éxito en la metamorfosis en agosto lo que sugiere que larvas pre-metamórficas de alto y bajo crecimiento tenían energía suficiente para la metamorfosis. La única variable bioquímica correlacionada fue el contenido de carbohidratos (R2=0.28, P=0.024). Sin embargo, es poco probable que la importancia de los carbohidratos sea energética, dado por los bajos niveles comparados con lípidos y proteínas. La correlación entre el porcentaje de metamorfosis y niveles de DHA en lípidos neutros (R2=0.23, P<0.05) y polares (R2=0.28, P<0.05) de larvas pre-metamórficas sugiere cierto papel de este ácido graso en este proceso.