ACTIVIDAD ANTIFÚNGICA DE ACTINOMICETOS MARINOS Y QUITOSANO PARA EL CONTROL DE Fusarium solani EN PLANTAS DE TOMATE (Solanum lycopersicum L.).
Abstract
En los últimos años, el uso de microorganismos como agentes de biocontrol de fitopatógenos ha sido una alternativa a la aplicación de fungicidas sintéticos, los cuales, ocasionan daños a la salud humana, animal, al ambiente y generan resistencia en los fitopatógenos. Los actinomicetos aislados de suelo y plantas han disminuido las enfermedades ocasionadas por fitopatógenos, sin embargo, los microorganismos de ambientes marinos han mostrado una mayor capacidad antagónica. También, el quitosano es una alternativa para el control de los fitopatógenos, se ha demostrado que induce respuestas de defensa en las plantas y presenta actividad antifúngica. El tomate es un cultivo importante económicamente en muchos países y México es el principal exportador de este cultivo. Diversas especies de Fusarium ocasionan principalmente daño a las raíces del cultivo de tomate. Su control es con fungicidas sintéticos, sin embargo, la utilización de actinomicetos de origen marino y quitosano pueden ser una opción al uso de agroquímicos. En este sentido, el objetivo de este trabajo fue evaluar la actividad antifúngica de actinomicetos marinos y quitosano para el control de Fusarium solani en plantas de tomate. Fusarium spp. se aisló de plantas enfermas y los actinomicetos se aislaron de sedimento marino de manglares y se identificaron a través de claves taxonómicas tradicionales y por técnicas moleculares. Se obtuvieron ocho aislados de Fusarium spp., determinando al aislado H8 como el más virulento y se identificó como F. solani. Se aislaron 30 actinomicetos, de los cuales solo cuatro inhibieron el crecimiento micelial de F. solani, la cepa A19 inhibió en más del 70% al fitopatógeno y fue identificada como Streptomyces sp. Solamente dos aislados inhibieron al fitopatógeno mediante la producción de compuestos orgánicos volátiles, la cepa A19 presentó el mayor porcentaje de inhibición del crecimiento radial (PICR) con 76.75%. Los cuatro actinomicetos marinos (A20, A19, A18 y A15) y el actinomiceto de origen terrestre (ED48) produjeron sideróforos, sin embargo, presentaron diferencias en el halo de producción de sideróforos e inhibieron el crecimiento micelial de F. solani. El tratamiento con quitosano T3 (3 g L-1) mostró el mayor PICR de F. solani con 81.43%. La combinación de actinomicetos y quitosano mejoraron las repuestas de defensa de las plantas de tomate a los daños ocasionados por F. solani. El tratamiento con actinomicetos marinos más quitosano (A19+Q) mostró diferencias significativas con el resto de los tratamientos en las variables de crecimiento (altura de la planta, diámetro del tallo, peso seco de la raíz y longitud de la raíz), severidad de la enfermedad (SE) e incidencia de la enfermedad (DI). Los actinomicetos (A19 marino) y (ED48 terrestre) y quitosano son potenciales agentes de biocontrol de F. solani.