Sustitución de harina de pescado por harina de soya e inclusión de aditivos en el alimento a fin de mejorar la engorda del camarón blanco Litopenaeus schmitti
Abstract
Ante la necesidad de hacer de la camaronicultura cubana una actividad rentable y conociendo la incidencia que tiene el alimento en los costos de producción de una granja, se desarrollaron investigaciones dirigidas a evaluar el empleo de nuevas formulaciones con el objetivo de mejorar la engorda del camarón blanco Litopenaeus schmitti, con una mayor tasa de crecimiento y reducción de los costos por concepto de alimentación. Para ello se desarrollaron cinco diseños experimentales completamente aleatorizados, con tres repeticiones por tratamiento. En todos los casos fueron utilizados juveniles de 0.2 -0.5g procedentes del área de precría del Centro de Obtención y Cría de Larvas de Santa Cruz del Sur, Camaguey, o del área experimental del Complejo Camaronero de Tunas de Zaza, Sancti Spiritus. En un primer experimento fueron utilizados recipientes plásticos de 40 L de capacidad y 10 camarones/recipiente, para evaluar la respuesta de L. schmitti a la sustitución parcial y total (46, 59, 75, 88 y 100%) de harina de pescado por harina de soya, usando como control la formulación empleada en la engorda comercial en Cuba (S46), y determinar la sustitución óptima. Los resultados obtenidos a los 52 días mostraron que no hay diferencias significativas en peso final (Pf), factor de conversión del alimento (FCA) y eficiencia proteica (EP), al sustituir hasta 75% de la harina de pescado por harina de soya. Ajustes empleando el método de línea quebrada indicaron que 76.5± 2 % era el mejor porcentaje de sustitución en dietas donde sólo se encuentren presentes estos dos ingredientes como fuentes de proteína, y en ausencia de alimento natural. Un segundo experimento se realizó en estanques de tierra de 250 m2 fertilizados y sembrados a una densidad de 10 camarones/m2. Se evaluaron 3 formulaciones: S46 (control), S59 y S70, que sustituyó 70% de harina de pescado por harina de soya. Los resultados mostraron que S70 mejora significativamente el Pf (7.88g) respecto al obtenido con la dieta comercial S46 (7.00g). Se observó una tendencia del FCA a disminuir con el incremento en el porcentaje de sustitución (2.16, 1.92, 1.89), aunque las diferencias no fueron significativas entre los tratamientos. La supervivencia estuvo por encima del 80% en todos los casos. Con el empleo de S70 se disminuyó el costo del alimento (CA) y el costo de producción por concepto de alimentación (CP) en 8 y 19%, respectivamente. En el tercer experimento se utilizó el alimento S70 como control. Esta dieta contenía una elevada cantidad de harina de soya, que podía causar un efecto poco atrayente y palatable al alimento e incidir en la conversión alimenticia. Se decidió evaluar la capacidad de atracción, incitación y estimulación al consumo de este alimento, comparado con fórmulas donde se añadió harina de cabezas de camarón al 5% en sustitución de harina de pescado (CC5%), o un recubrimiento al alimento S70 con 0.5% de aceite de pescado (RAHT0.5%). Una vez determinada el efecto de estas dietas en el camarón, se realizó una evaluación en estanques. Los resultados indicaron que los aditivos brindan mayor poder de atracción y palatabilidad al alimento respecto a S70, además de permitir incrementos significativos del Pf (16 y 18%), la reducción del FCA (25%) y del CP (28%). La supervivencia se incrementó significativamente con valores de, respectivamente, 81, 90 y 92%, para S70, CC5% y RAHT0.5%. Aunque las dietas fueron isoproteicas, la proteína se utilizó en forma más eficiente en presencia de los aditivos. En un cuarto experimento se evaluó el uso de astaxantina, un pigmento carotenoide que puede incidir positivamente en el crecimiento del camarón. Se evaluaron dietas donde se utilizó como control el alimento S70 cubierto con aceite de pescado. A esta fórmula se le adicionó por separado 25, 50, 75 ó 100 mg/kg de astaxantina. A los 45 días, las dietas con altas concentraciones de astaxantina (50, 75 y 100 mg/kg) presentaron valores significativamente superiores en Pf (33-36%), con valores significativamente más bajos del FCA (37%), indicando una alta asimilación de estas dietas. La supervivencia no presentó diferencias significativas, con valores entre 90 y 96.6%. Un análisis dosis-respuesta usando la curva sigmoidea (logística) y el modelo de cinética de saturación de 4 parámetros (SKM), sugirió que la concentración mínima de astaxantina que pudiera optimizar la respuesta productiva se encuentra entre 50 y 25 mg/kg. El quinto experimento se realizó en corrales de malla de 1 m2, situados dentro de un estanque de tierra fertilizado de 0.1 ha. Se evaluó el control comercial (S46) y la dieta conteniendo 70% de sustitución de harina de pescado por harina de soya (S70), además de S70 con 5% de harina de cabezas de camarón (S70CC5), S70 con 50 mg/kg de astaxantina (S70A50) y S70 con las variantes optimizadas (S70A50CC5). Todos los alimentos fueron cubiertos por rociado con 0.5% de aceite de pescado, excepto el alimento S46. Cada alimento fue evaluado para 3 densidades (10, 15 y 20 camarones/m2). Al emplear la formulación S70A50CC5, se logró un alimento nutricionalmente más eficiente, respecto al comercial S46. Este alimento permitió aumentar la densidad de siembra de 10 a 20 camarones/m2 con incrementos del crecimiento superiores al 43% y reducciones del 49% en FCA. Esto redujo significativamente el CP (54-66%), dependiendo de la densidad. Los valores más altos de supervivencia (99%) se presentaron con los alimentos S70A50CC5 y S70A50. El efecto negativo más acentuado sobre el Pf y FCR se observó a 20 camarones/m2 con las dietas S46 y S70.