Fisiología y calidad reproductiva de machos de camarón blanco Litopenaeus schmitti en condiciones de cautiverio
Abstract
Para lograr satisfacer la demanda de postlarvas de las granjas de producción del camarón blanco Litopenaeus schmitti en Cuba, los Laboratorios de Producción de Postlarvas requieren de un aumento del porcentaje de cópulas en reproductores obtenidos en ciclo cerrado, lo cual depende en buena medida de la calidad de los machos. Aunque está demostrado que esta especie es capaz de reproducirse en cautiverio, se han obtenido lotes de machos cuya respuesta reproductiva ha sido baja, desconociéndose los factores que lo provocan. Con el fin de analizar si este problema no se debía al tipo de sistema de maduración, en un primer experimento se comparó la respuesta reproductiva en tanques unisexo y mixto durante un periodo de producción de 28 días. El desempeño reproductivo en términos de porcentaje de hembras maduras, porcentaje de cópulas exitosas, número de huevos y nauplios por desove, porcentaje de eclosión, así como porcentaje de supervivencia de ambos sexos, no difirió entre los dos sistemas. Adicionalmente se observó que el porcentaje de cópulas exitosas se incrementó significativamente a lo largo del tiempo, alcanzando valores máximos del 90 %, a partir de la 3era semana de permanencia de los animales en la nave de maduración, lo cual indica una adaptación de los organismos a las condiciones del laboratorio comercial. Al no diferir la respuesta reproductiva de los animales en ambos sistemas, se utilizaron tanques unisexo en un segundo experimento, por ser más factible para la obtención de datos, comparándose el desempeño reproductivo, la calidad espermática y la condición fisiológica entre machos de cultivo y silvestres a lo largo de un periodo productivo de 70 días. Al igual que en el primer experimento, se pudo corroborar que los animales de ambos orígenes, están adaptados al cabo de un mes de permanencia en la nave de maduración en términos de varios indicadores productivos (cópulas exitosas, fertilización, nauplios por desove); metabólicos (niveles de proteínas y glucosa en hemolinfa); inmunológicos (conteo de hemocitos, actividad de fenoloxidasa, actividad hemoaglutinante), así como de calidad espermática (conteo total de espermatozoides, porcentaje de espermatozoides normales). Sin embargo, después de dos meses de permanencia de los animales en el laboratorio de maduración, prácticamente todos los indicadores sugieren un desempeño reproductivo y una condición fisiológica y de salud pobres, más acentuado en los camarones silvestres. Este declive del estado fisiológico de los animales fue reflejado en los altos valores de la actividad de fenoloxidasa, así como por una disminución significativa del conteo total de hemocitos, de la actividad hemoaglutinante y de los niveles de glucosa, lo cual se corresponde con valores más bajos del conteo espermático total y del porcentaje de células espermáticas normales, junto con valores más altos de espermatozoides muertos. El estado fisiológico pobre de los animales al final del periodo evaluado, corresponde con una capacidad más baja de la inmunorespuesta y a un agotamiento reproductivo, como resultado de una alta actividad reproductiva, conjuntamente con altas temperaturas del agua registradas. Por otro lado, el incremento del peso corporal en machos silvestres conjuntamente con la disminución de lípidos y niveles bajos de proteínas solubles en hepatopáncreas, así como la disminución de los niveles de proteína y de glucosa en la hemolinfa, sugiere que estos animales estaban empleando gran parte de los nutrientes de sus reservas corporales y de la dieta, no sólo para la reproducción, sino también para su crecimiento. Este doble uso de energía también puede explicar el agotamiento fisiológico más pronunciado en machos silvestres. En conclusión, los resultados sugieren que al cabo de dos meses de una actividad reproductiva intensa en condiciones de cautiverio, los camarones comienzan a presentar un agotamiento reproductivo, agravado por altas temperaturas del agua, que provocó un decremento del desempeño reproductivo. Este declive fue más pronunciado en machos silvestres por ser menos tolerantes a las condiciones de cautiverio utilizadas en este trabajo. Los machos de cultivo presentaron una menor susceptibilidad a las condiciones de cautiverio, como resultado de una pre-adaptación en los estanques donde fueron criados, por lo que el uso de machos de ciclo cerrado sigue siendo una estrategia recomendable para fines de producción de postlarvas.